Manual para ser padres: Educando con amor y lógica
Por Sofía Moreno
Apuntes de la conferencia dictada por la Dra. Lilliana Remus el jueves 3 de junio, en el marco del ciclo de conferencias Educar, Educándonos 2010.
Educando con Amor y Lógica es una corriente cuyos autores son Fay y Cline, especialistas en trabajo con familias y jóvenes, y que juntos desarrollaron esta propuesta en donde se anima a que los padres se relacionen con sus hijos con todo su corazón y su cerebro.
Generalmente cuando las cosas se salen de control con nuestros hijos nos relacionamos con ellos a través del enojo, de la amenaza, del castigo y no sabemos cómo maniobrar con las situaciones.
La técnica de Amor y Lógica nos permite: que ayudemos a nuestros hijos a aprender a tener control sobre sí mismos, esto es, que sepan auto gestionarse; que les enseñemos a elegir estrategias que sean de bien para ellos.
Para que esto se dé, es importante definir qué está en mi control como padre y qué está en control de los chicos para que después yo pueda ser muy firme en lo que está en mi control y darle la responsabilidad al niño de que haga aquello que está en sus manos.
La vida tiene esta secuencia: se presenta un problema, en este problema descubrimos las diferentes opciones que tenemos, elegimos una de esas opciones y esa decisión nos trae consecuencias –buenas o malas-.
Si los niños no aprenden esa secuencia lógica que tiene la vida, entonces aprenderán que es muy fácil controlar a los demás pero no controlarse a sí mismos. Todos los esfuerzos del niño, joven o adulto se centran en controlar a los demás y manipulamos, chantajeamos pero no tratamos de controlarnos a nosotros porque no fuimos entrenados para ello.
La clave es que nuestros niños, desde chiquitos empiecen a ser entrenados a controlarse a sí mismos. Sin embargo, nosotros como papás tenemos la grandísima tentación de romper esa secuencia lógica y de interferir de tal manera para que nuestro niño o joven no sufra la consecuencia lógica.
Entonces no aprenden esa secuencia, sino la de hago, controlo a mis papás y tengo otra consecuencia diferente.
En el sistema de Educando con Amor y Lógica, el establecimiento de la consecuencia es crítico y pueden ser agradables –en relación al buen actuar- y consecuencias desagradables –al mal actuar-. Es importante que estas consecuencias correspondan directamente a lo que está haciendo o diciendo el niño.
Pasos para guiar con Amor y Lógica:
1. Está el problema o situación a resolver
2. Le devuelves el problema o asunto al niño o joven.
• Por ejemplo: le prestaste el auto a tu hijo y lo choca. En lugar de ponerle una buena regañada y hacerlo que pague el golpe, decirle “lamento hijo que te haya pasado esto y ¿cómo lo vas a solucionar? ¿Cómo le vas a hacer para pagar?
3. Ayudarlo a pensar en las opciones y alternativas que tiene para resolver el problema
• Ante una situación muy dura que no puede procesar, tú le ayudas a buscar opciones.
• Se vale poner opciones absurdas, no importa, el chiste es que experimente en buscar diferentes alternativas que tiene y eso le da poder en sí mismo.
4. Ayudarlo a analizar las consecuencias de esas acciones.
5. Le das la oportunidad al niño de elegir y afrontar las consecuencias de sus elecciones.
• Si el niño elige una opción pobre dejas que la consecuencia haga la enseñanza. Lo dejas que tome la opción.
• El chiste es que el niño desde pequeño se esté entrenando en tomar decisiones y afrontar consecuencias para que le piense mejor a la siguiente vez.
Como papás debemos evitar el que tome consecuencias fatales que pongan en riesgo su integridad física, sicológica o emocional
Premisas para establecer las consecuencias:
a) Deben ser lógicas a la acción.
b) Nunca tienen que ir en detrimento de la integridad –física, sicológica, emocional- del hijo.
• Ridiculizar al hijo enfrente de sus amigos, no es una consecuencia lógica; ponerle una golpiza no es una consecuencia lógica. Los golpes es algo grave porque nos es muy difícil que como padres calibremos la magnitud del golpe. Los hijos quedan profundamente heridos por golpes fuertes, golpes continuos, golpes incoherentes y los papás aseguran que ni eran tan fuertes, ni eran tan continuos y que eran coherentes.
c) Nunca establezcamos consecuencias que no podamos cumplir.
• Muchas veces usamos la consecuencia como amenaza y eso no funciona. El chiste es establecer el acuerdo que el chavo decida y cumplirlo.
• Si yo digo algo y no se lo cumplo le estoy haciendo un daño porque se le fomenta la desesperanza. En este caso los hijos aprenden que si hacen lo pactado no tienen control sobre el resultado y ven que sus esfuerzos son inútiles. Entonces aprenden a no esforzarse y a vivir en desesperanza.
• Antes de pactar la consecuencia tenemos que pensar muy bien si de verdad vamos a poder mantenerla. Si no vamos a poder, entonces no lo pactes, sólo aquello que puedas cumplir.
• Así como debe haber firmeza en la consecuencia desagradable, también debe haber firmeza y cumplir las consecuencias agradables.
• Muchas veces no aplicamos las consecuencias porque nos llevan entre los pies a nosotros como papás. Y nos implican sacrificios que muchas veces no estamos dispuestos a hacer.
El AMOR
Como papás hay que ser firmes en las consecuencias pero amorosos en la forma.
El apego seguro es aquél en el que una persona tenga la certeza absoluta de que es amado incondicionalmente al menos por alguien en la vida. El que un niño crezca con apego seguro es muy poderoso, porque le haces sentir que es valioso, que es fuerte.
La gran mayoría de los padres amamos a nuestros hijos incondicionalmente pero menos del 50% de las personas se sabe amada incondicionalmente por sus padres. Esto significa que el 50% de los padres han fracasado en su intento por hacer sentir amados a sus hijos.
Existe la creencia de que si se demuestra mucho el cariño hacia los hijos, les va a hacer daño. Sin embargo, en esta propuesta de Amor y Lógica, se establece que el amor nunca es demasiado.
Puedes expresar el amor en las formas que tú quieras y en la cantidad que te nazca, pero junto al amor consecuencias muy firmes.
Si hasta este punto de nuestras vidas hemos descubierto que nos hemos equivocado, pensemos que así como les decimos a nuestros hijos que se vale equivocarse y tomar decisiones que no traen consecuencias agradables, también lo podemos aplicar a nosotros como padres. Es decir, la próxima vez lo voy a hacer diferente. Tengo toda la vida por delante y decido hacerlo diferente.
Y en este aceptar cuando me equivoco, se vale hacerlo frente a nuestros hijos. Generalmente creemos que esto de ser padres es vernos como indestructibles ante ellos y no reconocer que nos equivocamos, cuando tenemos errores todos los días. Es muy sano reconocerlo ante ellos y hasta pedirles una disculpa.
Esto nos hace más grandes y más cercanos a nuestros hijos y nos hace ver y le hace ver al niño que equivocarse es de humanos; que lo único que tenemos que hacer con nuestros errores es aprender de ellos y que siempre tenemos la oportunidad de decidir diferente.
Es probable que a lo largo de nuestras vidas nos equivoquemos en algunos aspectos, así como también lo harán nuestros hijos, pero es una gran tranquilidad saber que no tengo que comprometer mi amor ni mi relación con ellos por una mala decisión de él o una mala conducta. Mi amor es incondicional y esto es muy poderoso. Cuando hacemos las cosas con todo el amor y le ponemos toda nuestra capacidad existen altísimas probabilidades que las cosas salgan bien.
Todos nosotros tenemos circunstancias de vida diferentes y nos sentimos culpables por las condiciones en las que estamos.
Para manejar la culpa lo primero es pensar, cuáles son mis alternativas y ver si puedo hacer algo diferente a lo que estoy haciendo actualmente. El escenario nunca va a ser el ideal pero es lo mejor en mi escenario.
Ser padres con amor y lógica es un asunto de dos. Tiene tanto poder e impacto la mamá como el papá en nuestras vidas. Ponernos de acuerdo antes, qué vamos a hacer… es mucho más fácil cuando estamos de acuerdo… pero que no nos vean poniéndonos de acuerdo en el pleito… que vean un frente común porque si no es mucho más difícil.
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